Martes 31 de agosto 2021

Entrevista a Cristina Romagnoli (Ex Secretaria General de FADIUNC) en el marco de la Jornada Nacional de Lucha y la Conmemoración de la Marcha Federal del 2018





F: En tu opinión: ¿Qué significó la Marcha Federal del 2018 como hecho político? 

 

C: La marcha Federal de agosto del 2018 fue un hecho político que atravesó todo el país de  sur a norte y  de oeste a este.  No surgió súbitamente, fue “caldeándose” en semanas de paros, tomas, asambleas, clases públicas e intervenciones en el Rectorado de la UNCuyo. 

 

En Mendoza, el Gobierno Provincial, en línea con los ajustes nacionales a la educación universitaria, asestaba un golpe a la educación superior terciaria provincial. Si contextualizamos, en 2018 tanto en el Gobierno Nacional de Mauricio Macri, como en el Gobierno Provincial de Alfredo Cornejo, la educación se consideraba un gasto y no una inversión, por lo tanto, a los gastos se los ajusta: el rechazo en las calles se hizo sentir.

 

Si bien la multitudinaria Marcha Federal se concentró en Buenos Aires y parte de nuestros compañeros y compañeras estaban allí, fuimos miles también en Mendoza. La lluvia comenzó pero no nos separamos, ni nos fuimos. En lo personal me sentía un puntito mojado poniendo el cuerpo  entre tantas compañeras y compañeros unidos y organizados para hacer fuerte este reclamo, este grito en defensa de la Educación Pública, Gratuita y Democrática.  

 

F: Hoy, a 3 años y en un presente distinto y cambiante ¿Qué  reinterpretación podemos hacer de aquella movilización? 

 

C: Desde el 2018 a la actualidad cambiaron los gobiernos, pero las deudas sociales, pandemia mediante, no fueron saldadas, siguió ganando el capital sobre el trabajo y la educación, si bien recuperó en parte y por un breve lapso  su poder adquisitivo, en los últimos tiempos vuelve a ser parte de decretos y/o acuerdos forzados.

 

La pandemia operó como un gran laboratorio del capitalismo y logró acelerar los tiempos de hacer la diferencia a favor del capital, sobrecargando con más horas y complejizando el trabajo de las y los docentes, delegando insumos que debían ser provistos por  el gobierno nacional y provincial  a las casas y bolsillos de los trabajadores  y estudiantes.

 

Al igual que en 2018, hoy da la impresión que abundan sólo palabras por parte de las autoridades pero ninguna avanza estructuralmente con mayor inversión ni propuestas educativas  en línea con la defensa de la educación y sus sujetos docentes y estudiantes.

 

F: ¿Crees que la pandemia permitió un retroceso estructural en la Universidad Pública?

 

C: Durante la pandemia, en lo simbólico, se promovieron desde las voces hegemónicas valores que tienen que ver con el individualismo, la meritocracia, la competencia y el emprendedurismo. Hasta la vuelta a la "nueva normalidad" se la califica como "inteligente" y no como la podríamos haber esperado: más justa, más solidaria, que retome detectando y eliminando la exclusión y la desigualdad socioeducativa, recuperando los estudiantes y conocimientos para todos y todas. Vemos un claro retroceso. 

 

Al mismo tiempo, si analizamos las condiciones laborales y salariales como venimos haciendo en perspectiva con la Marcha Federal del 2018, vemos que otra vez estamos en agosto exigiendo avances en este tema y se supone que, como en aquel año, los debates salariales y más genéricamente los presupuestarios debieran haberse acordado  paritariamente y legislativamente a principio del ciclo lectivo.



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