Resulta incompatible con los principios democráticos la brutal represión que el gobierno español ordenara en Catalunya. Amparándose en la legalidad, se trata aquí de pensar en la legitimidad de las medidas ante una marcha pacífica.
Desajustada, innnecesaria, brutal. La comunidad internacional no puede mantenerse indiferente ante este golpe antidemocrático.