FADIUNC, como otras Asociaciones de Base, lamenta la partida del profesor Enrique Oteiza, el 28 de setiembre. Destacado investigador que dirigió el Instituto Di Tella y el Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También fue uno de los fundadores de la Fundación Bariloche, dirigió la CRESALC de la UNESCO, ejerció cargos en las Naciones Unidas y fue secretario ejecutivo de CLACSO.
Compartimos esta breve semblanza como homenaje, en palabras del prof. Néstor Correa, de
amplísima trayectoria en la defensa de los derechos de los compañeros docentes universitarios:
Conocí su bonhomía siendo adolecente, trabajando como menos que auxiliar en el Instituto Di Tella, que Enrique dirigía. Lo reencontré en el Comité de solidaridad con los perseguidos por el golpe de Pinochet en Chile y posteriormente en la Facultad de Ciencias Sociales, donde como docente e investigador prestigioso acompaño y respaldo desde sus orígenes la formación de AGD UBA, integrando sus Juntas Electorales y otros ámbitos de trabajo común.
En su juventud, fue dirigente estudiantil y co-fundador de la Línea Recta, centro de estudiantes clandestino. Por su militancia sufrió cárcel, persecución y exilio.
Ingeniero naval e industrial, se volcó con pasión a las Ciencias Humanas. Como integrante de distintos organismos de Naciones Unidas, puso sus cargos y viajes al servicio de salvar vidas y proteger a los perseguidos de las dictaduras en Latinoamérica y en Argentina y contribuyó como director del Instituto Gino Germani al Proyecto de Investigación Archivo biográfico de Abuelas de Plaza de Mayo; reconstrucción de la identidad de los desaparecidos.
El viejo Oteiza no estuvo ausente en ninguna iniciativa de nuestro gremio en defensa de la Educación Pública. Compartimos esa pasión y trabajo en las jornadas de la Asociación Latinoamericana de Sociología, mientras reíamos a carcajadas por la dicha de bregar por las causas justas y la hermosa vida al alcance de todas y todos.
Hoy estaría acompañando la ocupación del Ministerio de Ciencia y Técnica
Chau, Enrique, buena vida.
Nestor Correa.