A partir del 6 de agosto, en todas las universidades nacionales, resolvimos suspender nuestras actividades académicas. El 10 de agosto volveremos a evaluar la situación y, de no haber respuesta alguna a nuestros pedidos, nos veremos en la necesidad de profundizar nuestras medidas de lucha y de reclamo.
Luego de haber desenvuelto un plan de lucha con 19 días de paro hasta el momento, dos marchas nacionales y múltiples actividades en todo el país, la resolución de no comenzar el 2do cuatrimestre expresa el hartazgo y bronca de la docencia universitaria y preuniversitaria que, desde noviembre, tenemos congelado nuestro salario. Que, como “propina”, se nos ha dado un adelanto del 5% y que, desde hace 60 días, el gobierno nacional y los rectores no convocan a la comisión paritaria del sector. Ratificamos nuestro pedido de un 30% ¡ya! de aumento salarial con cláusula gatillo y le decimos ¡NO! al ajuste presupuestario en las universidades nacionales.
Lo sabemos, es una medida drástica. Pero, creemos, es la respuesta que se merece un Gobierno que ha resuelto ausentarse de la mesa de negociación con los sindicatos docentes. Nuestra paritaria se venció el 28 de febrero, hemos tenido solo dos (2) mesas de negociación salarial: en abril la primera y el 14 de mayo, la segunda y última. En esta se nos ofreció un 15% en cuatro (4) cuotas, la última a cobrar en enero de 2.019.
Ante semejante propuesta vergonzosa, nadie puede sorprenderse por la medida. No quedaba otra alternativa después de haber agotado todas las instancias imaginables de un conflicto sin resultado alguno: firmamos petitorios, nos movilizamos local y nacionalmente, dimos clases públicas, cortamos calles, ocupamos plazas, realizamos paros progresivos
Por eso, ahora vamos hasta el fondo. Como ustedes se imaginarán somos concientes de que esto pone en riesgo la cursada, pero como ustedes también lo saben, el cuatrimestre entero, el año, la propia existencia del sistema universitario está puesto en riesgo por un Gobierno sin respuestas.
Queremos dar clases y seguir investigando. Es lo que elegimos y para lo que nos formamos. Pero no queremos seguir haciéndolo en las peores condiciones salariales que han sido determinadas no por una catástrofe natural sino por una política de ajuste que aumenta los sufrimientos del pueblo: crisis financiera, inflación galopante, recesión, y que se agrava cada vez más con el pacto con el FMI. Además, estamos transitando un gobierno que pretende reconfigurar la educación superior en la Argentina con un proyecto privatizador, mercantilista y profundamente elitista.
Decimos que no habrá clases ni en la UNCUYO ni en otra universidad nacional, pues la medida ha sido convocada por las dos federaciones docentes universitarias mayoritarias: CONADU Histórica y CONADU. Pero sabemos que para que la universidad pública logre su merecida dignidad laboral y académica es imprescindible que el movimiento reivindicativo nos unifique a toda la comunidad universitaria. Es decir, necesitamos de la comprensión y la mayor solidaridad activa del movimiento estudiantil.
Cada uno tiene que estar. Son nuestras condiciones laborales, es el presupuesto de nuestras universidades es la defensa de lo público. Es nuestra lucha conjunta. Recordemos que si los derechos de hoy son siempre las luchas de ayer, hoy hay que seguir luchando por los derechos de mañana.