Para comenzar, decidimos compartir en qué situación estamos: 

 

La docencia universitaria y preuniversitaria está en ROJO: el escenario económico que plantean las políticas actuales, la vulneración de derechos conquistados y las constantes amenazas a la Universidad Pública nos ponen en una situación de CRISIS.

 

Respecto de la pauta salarial para este año, el gobierno nacional formalizó una propuesta de incremento salarial del 15 % en cuatro cuotas no acumulativas (la última a cobrar en enero de 2019), sin cláusula gatillo. UNA PROPUESTA INDIGNA. Situación agravada por la decisión unilateral del Ministerio de Educación de la Nación de abonar al conjunto de la docencia un irrisorio "anticipo" del 5% a cuenta de futuros aumentos.

 

Todos los gremios de la docencia universitaria y preuniversitaria rechazamos el ofrecimiento entendiendo que, en caso de materializarse dicho porcentaje, supondría una verdadera reducción salarial.

 

El Plenario de Secretarios y Secretarias Generales de la CONADU Histórica del 19 de junio, resolvió actualizar el pedido de aumento salarial de un 25% a un 30%.

 

Actualmente nos encontramos en una etapa de profundización de las medidas, ya que el gobierno no nos convoca a paritar. A partir del 6 de agosto, en todas las universidades nacionales, resolvimos suspender nuestras actividades académicas. El 10 de agosto volveremos a evaluar la situación en un Congreso de la Federación CONADU Histórica y, de no haber respuesta alguna a nuestros pedidos, nos veremos en la necesidad de continuar y profundizar nuestras medidas de lucha y de reclamo. 

 

No debemos confundir causas con consecuencias: las medidas son consecuencias. ¿La causa? un Gobierno que ha resuelto ausentarse de la mesa de negociación con los sindicatos docentes. La docencia universitaria y preuniversitaria con hartazgo y bronca por tener, desde noviembre, casi congelado el salario.

 

Todo el cuatrimestre pasado con medidas, en articulación y confluencia con la otras Federaciones: petitorios, movilizaciones locales y nacionales, clases públicas, paros progresivos, concentraciones, volanteadas, mesas de debate, marchas nacionales, carpa frente al Ministerio. Nuestras acciones han tenido una importante y creciente adhesión. Agotamos las instancias imaginables de un conflicto sin resultado alguno que impacte en el gobierno.

 

Conociendo el estado de situación y algunas precisiones, el día sábado 4 de agosto nos encontramos con una “nota” publicada por el MDZ que a la luz de lo antes expuesto, la misma no resiste ningún análisis ni supervisión cognitiva y nos resulta vergonzoso que se haya publicado un encadenamiento de dichos de pasillo en una sección llamada “Se dice que”.

No obstante, como FADIUNC, deseamos desarrollar algunas impresiones al respecto (muchas de ellas resueltas con la lectura de la página precedente de este escrito): 

 

 “Lo que ocurre en los colegios de la UNCuyo no tiene fin”, así comienza el párrafo de esta “pseudo noticia política”. Y acordamos, no tiene fin pero no solo para los colegios si no para la Universidad Nacional de Cuyo en su conjunto y, aún más, para el conjunto de las Universidades del país. Porque el conflicto es nacional y excede ampliamente las posibles internas mezquinas del radicalismo provincial (no desconocemos su repercusión nacional). Pero si de lo provincial hablamos, finalmente el escribiente nos da la razón a quiénes decíamos y aún afirmamos que el “Ítem Aula” tenía un carácter disciplinario y atacaba directamente al derecho a huelga que, como trabajadores, tenemos consagrado por nuestra Constitución Nacional.

 

 “La Universidad es autónoma y el gobierno de Mendoza solo puede opinar, pero no intervenir.” Otra de las verdades a medias de la nota. Nuestro conflicto se resuelve en Buenos Aires, porque es un conflicto nacional y no provincial. En ese sentido, la Universidad es autónoma pero no tiene la autonomía para negociar nuestros salarios. En cuanto a que “la provincia no puede hacer nada”, es una falacia. Porque si lo pensamos en el sentido de que no puede aplicar el “ítem aula” es así. Pero si lo pensamos en el sentido de que todos los mendocinos votamos a nuestros representantes en el Congreso de la Nación y es a través de ellos que se debería presionar al Ministerio de Educación de la Nación y al Poder Ejecutivo para que el conflicto se solucione lo antes posible.

 

Párrafo aparte para lo “‘fundamental’ que es la toma de los colegios para que nuestros reclamos triunfen…. afirmamos, nuestros adolescentes no son títeres y está claro que la lucha docente es de los docentes. Si la preocupación es la secundaria 2030, volvemos al tema provincial, pues en sus jornadas sí fue tratado el tema. Tal vez, en esto de “confundir” jurisdicciones, también en este tema se mezclaron.

 

“¿Quién desearía el atraso, el caos, el embrutecimiento y la condena a tener que discutir una agenda gremial extrema en lugar de los temas inherentes a cada curso del ciclo lectivo?” Desconocimiento profundo de los temas que nuestra agenda gremial pone en debate. Nuestra “agenda gremial extrema” (en boca del “señor o señora – no lo sabemos – periodista”) incluye, por ejemplo, que durante los años 2016 y 2017 se lograra la estabilidad de más de 2500 docentes en una paritaria a nivel local que no demandó un solo día de paro, porque las negociaciones se desarrollaron con buena fe negocial y progresividad entre Rectorado de la UNCuyo y FADIUNC. Pero volvemos a la desinformación, hoy estamos luchando por salarios y el gobierno nacional (no importa el color político) desconoce, en los hechos, las paritarias como una instancia de diálogo. Vamos a repetir una y mil veces: estamos en AGOSTO y no tenemos pauta salarial; y en MAYO, la última reunión paritaria. 

 

En líneas generales, por respeto a los mencionados en la nota, incluyéndonos, estamos obligados a expresar que el artículo miente, acusa, confunde, denigra, ensucia, desinforma y OFENDE.

 

Ofende a los estudiantes, subestimándolos, negando que pueden tener ideas y opiniones propias,  además de amenazar su derecho de ser oídos y de expresar ideas propias como así también de intervenir en asuntos que los involucren y no por ello “ser mascotas” cuando no nos gustan sus posiciones, siendo sólo “sensibles”, privándoles su carácter de pensantes. 

 

Ofende a los padres, haciéndonos pensar como lectores que algunos de ellos nutrieron esas opiniones, configurándolos como manipuladores, autoritarios e infantilizados, incapaces de dialogar y con la sola estrategia de poder recurrir al “Chapulín”, además de profundamente ignorantes de lo que significa educar, formar en valores, de lo que es la democracia, la resolución de conflictos colectivos y el rol del docente y de los estudiantes en una Universidad Pública.

Ofende a la comunidad mendocina pues no sustenta su información ni completa las fuentes.

 

Ofende a los docentes universitarios y preuniversitarios representándolos como parte de una secta ya que buscan “coptar”, “manipular”, “instigar”, “amenazar”, “dividir”, “perseguir objetivos partidarios”, “usar a los niños, niñas y adolescentes”, “violadores de toda ley”, “culpables del caos, atraso, embrutecimiento” y que “subastamos el prestigio universitario” diciendo “dislates”. Estas representaciones son gravemente miserables.

 

MDZ, en esta “nota”, ofende a la Universidad Nacional de Cuyo en su conjunto. 

 

Agradecemos especialmente todas las muestras de solidaridad y todas las muestras de apoyo al Plan de Lucha Nacional que venimos sosteniendo, de parte de padres, madres, colegas, trabajadores de otros sectores, de estudiantes universitarios y preuniversitarios, de centros de estudiantes, de sindicatos.

 

Desde FADIUNC y CONADU Histórica, seguiremos luchando por mejorar las condiciones salariales de los docentes universitarios y preuniversitarios, acordes a los escenarios de crisis, ajuste y tarifazos.

 

A la comunidad educativa de la UNCuyo les decimos que estamos evitando que nos expropien el futuro de la Universidad como la conocemos, defendiendo su presupuesto.  

 

A la comunidad mendocina les expresamos que estamos defendiendo las posibilidades que nuevas generaciones accedan a estudios universitarios con igualdad de oportunidades y estamos asegurando el desarrollo local, a través de mejores condiciones para trabajar, estudiar y ejercer.