BOLETINES

En ocasión del 17 de setiembre, saludamos afectuosamente a cada profesor/a que con su esfuerzo y esperanza siembra para la construcción de futuros mejores.

Se hace fundamental detenernos a reflexionar sobre esta fecha, sobre todo en el contexto de defensa de nuestra Universidad pública, gratuita y laica de este 2018, donde la docencia universitaria ha sido un actor fundamental de esta lucha. 

Hoy se conmemora el fallecimiento de José Manuel Estrada (orador, escritor, periodista, político y educador fallecido en 1894) quien fuera un férreo defensor de la educación confesional católica, con lo cual la defensa de la universidad laica queda seriamente comprometida. 

Este debate es llevado al ámbito paritario para acordar una fecha que relacione íntimamente nuestra labor docente en una universidad inclusiva, laica, científica, al servicio de nuestra Nación.

En septiembre de 1976, en el marco del terrorismo de estado ejercido por la última dictadura, se llevó adelante un operativo donde se secuestró, torturó y desapareció a estudiantes secundarios, la mayoría de ellos jóvenes militantes políticos de la ciudad de La Plata de la Provincia de Buenos Aires.

Durante la cruenta noche del 16 se septiembre de 1976, diez alumnos secundarios fueron secuestrados. Todos encabezaban el movimiento de estudiantes que pedía el Boleto Estudiantil. Eran de la Escuela Normal Nº 3 de la Plata, tenían entre 14 y 17 años y fueron secuestrados por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra “el accionar subversivo en la escuelas”.

Sólo cuatro de los detenidos sobrevivieron a las torturas y los traslados. Los que murieron sólo compartieron sus últimos momentos con sus compañeros de grupo y de escuela. Sus familiares no volvieron a saber de ellos. Los que vivieron, aguantaron torturas y recién después de dos años se reencontraron con su vida que, sin dudas, ya no era la misma.

Hoy, 16 de septiembre de 2018, a 42 años de esa noche y para que la muerte de vidas jóvenes caídas en la defensa de sus derechos tenga un significado, es importante que se continúe siempre con la defensa de la formación de ciudadanos libres y la defensa de una educación pública, gratuita, laica y de calidad. Es nuestra obligación como docentes continuar construyendo un gran movimiento docente-estudiantil, reflejado en las históricas marchas de agosto, que nos permita mejorar nuestros salarios, aumentar las becas, el boleto educativo universal y  mayor presupuesto para la educación. Porque solo la unidad y la capacidad de juntar nuestras fuerzas harán que no abandonemos las banderas, las utopías y los sueños que tenían aquellos jóvenes.

"VIVE TU VIDA HERMANO MÍO, PERO TAMBIÉN VIVE LA MÍA"

Horacio Ungaro