Finalizando el mes de marzo de 2017, la paritaria docente universitaria, de nivel nacional, es solo un simulacro de negociación. Luego de tres reuniones (23 de febrero, 1 y 14 de marzo) no contamos con propuestas por escrito, es decir, serias y reales. El Gobierno Nacional no parece empeñado en resolver los problemas educativos, sino en derrotar a los maestros en Buenos Aires para imponer un techo salarial del orden del 17-18% a la docencia de todos los niveles.
Nuestros salarios han sufrido el deterioro producido por el despiadado contexto inflacionario del 40% en el año 2016. El cargo testigo de nuestro nomenclador es de $ 8.500, un 36 % por debajo de la línea de la pobreza que mide el INDEC, de 13 mil pesos.
Frente a eso, los docentes estamos en lucha, y los padres (fundamentalmente de los niveles preuniversitarios) se hallan lógicamente preocupados. Tal vez muy influenciados por el fuerte discurso mediático de los días de clase perdidos. Simultáneamente se han difundido resultados del Operativo Aprender para comunicar resultados que los educadores ya conocemos por nuestra actividad diaria: todo el sistema educativo argentino sigue en un declive iniciado hace casi 60 años.
La novedad es que se pretende desligar de responsabilidades a las políticas educativas, estigmatizar la educación pública, culpar a los docentes de esta situación y deslegitimar los reclamos salariales.
Pensamos que padres, estudiantes y docentes deberíamos estar más preocupados por las sorprendentes expresiones del Presidente “caer en la educación pública”; y por las medidas que se toman con objetivos inconfesables “una pobre educación pública para los pobres que no pueden pagar una mejor educación”. Para ello se desfinancia la educación pública y se bajan los salarios reales.
Nuestra lucha nunca ha sido solamente por el salario, sino con una clara defensa de la educación pública. Los datos duros y concretos muestran que el presupuesto para educación es insuficiente, que pasada la puja por salarios el Estado se desentiende y desatiende el sistema educativo, recayendo sobre los hombros de maestros, profesores y personal de apoyo docente el sostenimiento de la calidad educativa que nuestros alumnos reciben.
En ese sentido, el presupuesto universitario 2017, votado por el Congreso Nacional, no contempla los aumentos salariales ni el presupuesto suficiente para atender al conjunto de las necesidades del funcionamiento anual, las cuales incluyen también becas y boleto educativo, reclamos que aúnan a docentes y estudiantes.
La CONADU Histórica resolvió profundizar la lucha porque la SPU y el CIN no han presentado propuestas reales y siguen dilatando respuestas. Si esta lucha es derrotada (con imposiciones autoritarias de cualquier tipo) los estudiantes no ganarán los días de clases, sino que perderán porque nuestras condiciones laborales son sus condiciones de aprendizaje.
Invitamos a la ciudadanía a reflexionar sobre el contrasentido de pretender cantidad y calidad educativa con presupuestos y docentes de segunda. Juntos deberíamos impedir los atropellos por parte del Ministerio de Educación Nacional porque:
Por eso, los que vivimos de la docencia y para la docencia a favor de la educación pública y la Universidad pública, gratuita, científica y laica, te pedimos que no seas indiferente e instamos a la comunidad educativa universitaria: docentes, no docentes, graduados, alumnos y padres a unirnos y confluir en una gran lucha en defensa de la Universidad Pública, del derecho a enseñar y aprender, por mayor presupuesto universitario, con salarios dignos, estabilidad laboral, becas, boleto educativo e infraestructura adecuada para el funcionamiento de las UUNN.
FADIUNC, el gremio de los docentes universitarios y preuniversitarios de la UNCUYO